Seguro que en tu entorno te han dicho frases cómo: “Tienes que saber venderte”; “Tú eres tu mejor fan”; “Tienes que trabajar en tu marca personal” etc… ¿Estás harto de escuchar siempre lo mismo? Pues siento ser yo quién te lo diga, pero, amigo mío, ¡tienen toda la razón!
A lo mejor no te encuentras familiarizado con el término “marca personal” (o personal branding). En la definición que ofrece Wikipedia, la parte con la que estoy más de acuerdo es la siguiente: “el enfoque de marca personal tiende a la promoción personal a través de la percepción que los demás tienen de uno“. Esto es una realidad. Para tener una marca personal reconocida, necesitas “hacerte notar”. Y ya si hablamos del mundo empresarial, esto se eleva a la enésima potencia. ¡Menos mal qué cuentas con tu perfil de LinekdIn! ¿No es así?
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Por qué despegar tu marca personal
A lo mejor no lo sabes, pero es muy probable que estés trabajando en tu marca personal sin enterarte. Seguro que cuentas con un perfil profesional en LinkedIn, u otra red social, y compartes publicaciones al resto de tu red, ¿a qué sí? ¡Ah! Pues ya estás dejando tu huella.
Hoy día trabajar en tu marca personal es bastante accesible, o eso parece. Si nos remontamos a la era pre-Internet, un profesional tenía que recorrer kilómetros y kilómetros para tener una red de contactos interesantes. A día de hoy, ya no es necesario desplazarse para poder hacer un buen Networking. ¡Contamos con LinkedIn! Pero claro, ten en cuenta que al igual que tú, hay millones de personas que cuentan con ello. ¡Horror! Cómo te he dicho antes, trabajar en tu marca es accesible, pero nadie dijo que fuera fácil. ¡Ha llegado el momento de trabajar y destacar!
Consejos para desarrollar TU MARCA
Sé que no eres ni Rafa Nadal ni Jeff Bezos, pero si nos dejas a LinkedIn y a mí ayudarte, conseguiremos que empieces a trabajar de forma ordenada en tu imagen de marca y así conseguir que empieces tu propia carrera de “influencer“.
1. Márcate unos objetivos
Para tener una marca personal sólida en LinkedIn, y en definitiva en el mundo digital, hay que partir de una base. En otras palabras, tienes que saber hacia dónde te quieres dirigir. Para ello, plantéate las siguientes preguntas:
¿Hacia qué rama quiero empezar a destacar?
¿A qué público quiero impactar?
En definitiva, ¿qué es lo que quiero mostrar?
Marcarse un objetivo no es tarea fácil, lo sé muy bien. Pero que sepas que en el momento que lo hayas hecho, es cuando viene la peor parte: mantenerlo y cumplirlo. Aquí reside el quiz de la cuestión y te lo tienes que grabar a fuego en tu mente. Por mucho que creas que tu objetivo es alcanzable y genial, ¡tienes que ser constante con él! Si no, te vaticino un desastre absoluto.
2. ¡Ha llegado la hora de plasmarlo en tu perfil!
Muchos de los alumnos de taller LinkedIn sobre el perfil, salen sorprendidos de todo lo que se puede conseguir con un perfil completo. ¡Es cierto! Por eso hago mucho hincapié en esta parte. Aunque te parezca mentira, ir completando cada uno de los apartados del perfil es un proceso de auto-análisis profesional excelente. Pero claro, tienes que rellenar TODOS los apartado. Al ir desarrollando cada uno, sin darte cuenta vas haciendo un recuento de tu vida laboral:
Titular profesional: Analizas en lo que verdaderamente estás interesado
Extracto: Analizas lo que has sido, eres y quieres ser
Experiencia: Analizas todo lo que has conseguido
Tener un perfil completo te ayuda a ti y al resto de contactos, a saber qué profesional eres y hacia donde te diriges. ¡No lo olvides! Aquí te dejo una entrada donde puedes ver cómo tener un perfil de LinkedIn perfecto.
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3. ¿A quién conoces en LinkedIn?
Seguro que te has preguntado por qué LinkedIn te insiste cada 2 por 3 en si conoces a Fulanito y Menganito. No es que LinkedIn tenga complejo de portera (bueno, quizás un poco sí). Piensa que cuánto más amplia es tu red de contactos, más gente te conocerá; y en definitiva, más gente que le pueda interesar todo lo que tengas que decir. ¡Pero ojo! No te estoy diciendo que invites y aceptes a todo el mundo, no. Sé coherente: si te has analizado en el momento de hacer tu perfil, ¿por qué no analizas bien a quién quieres que le lleguen tus ideas?
Cuando tengas claro esto, recuerda que si invitas a alguien a tu red, tu marca personal tiene que estar desde el principio… ¡Personaliza tus invitaciones!
4. Engagement… ¿Qué es eso?
Acaba de llegar la parte que más nos gusta de las redes sociales.. ¡Comentar y compartir! Desde tiempos inmemoriales, el ser humano se ha rodeado de historias, pero solo unas pocas son las que se quedan en el imaginario general. En LinkedIn pasa lo mismo. Cada vez que compartes cualquier cosa, el resto de tu red tiene que saber que sabes de lo que hablas. Lo sé, convertirse en especialista no es fácil. Incluso te pueden tachar de loco si no paras de hablar de lo mismo, pero te aseguro que cuánto más aprendes de un tema que te gusta, más experto te vuelves; y por ende, más credibilidad consigues.
Y aquí es donde viene el tan deseado Engagement a tu marca personal. Conectar con tu público es taaaan difícil en los tiempos que corren.
Así que a la hora de compartir, ten en cuenta:
- Tu público tiene que identificarse con lo que compartas. Por ejemplo, si eres especialista en banca digital y hablas sobre ello, tienes que contar con contactos que sepan de ese tema para generar “ruido”.
- Sé apasionado, (que no pesado). Para conseguir la mejor versión de ti mismo, tienes que ser versátil dentro de tu área y aprender cada día cosas nuevas. Mahatma Gandhi dijo una vez: “Vive como si fueses a morir mañana. Aprende como si fueses a vivir para siempre”. Siempre hay tiempo para aprender.
5. Usa Pulse, tu blog en LinkedIn
La herramienta con la que mejor trabajar tu marca personal es un blog. LinkedIn lo sabe, y por eso te ofrece subir tus propios artículos y demostrar que eres un profesional fiable. Recuerda que cada vez que compartas cualquier cosa, ya sea un post en Pulse o una publicación en tu Feed, tiene que ser contenido que aporte valor. Es decir, últil e interesante. ¡Conviértete en un experto!
Lo último que me gustaría decirte, es que con perseverancia y dedicación se pueden conseguir grandes cosas. Pero todo esto tiene que estar acompañado de paciencia, ¡mucha paciencia!. Roma no se construyó en un día, y una marca personal que deje huella (valga la redundancia), tampoco. Al final, tanto trabajo dará sus frutos, ¡ya verás!
Ha llegado el momento de trabajar en ti. Lo sabes, ¿no?
Si tienes alguna duda, ¡estaré encantada de recibir tus comentarios!
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